Es frecuente encontrar en Internet versiones de Windows no oficiales, modificadas por usuarios con diversos objetivos: desde alterar la interfaz del sistema operativo hasta, más frecuentemente, 'aligerarlo' eliminando componentes del mismo para optimizar su funcionamiento en hardware más antiguo.
Recurrir a estas imágenes ISO para usarlas en nuestros equipos suele ser una decisión muy poco aconsejable: resulta imposible saber qué clase de malware y puertas traseras podríamos estar instalando en ellos. Y eso por no mencionar que muchas veces esa 'optimización' termina desembocando en inestabilidad y errores inesperados.
Sin embargo, muchos administradores de sistemas crean sus propios versiones personalizadas de Windows con un fin bien legítimo: poder instalar en docenas o centenares de equipos una misma configuración de software, sin obligarles a ir después uno por uno desinstalando o instalando componentes.Si este es tu caso (o si simplemente te gusta 'experimentar' con tu instalación de Windows) quizá te interese lo que viene a continuación.
En Genbeta
Windows Vista no merece tanto odio, el peor Windows de todos fue en realidad Windows 8
Antes de crear 'tu propio Windows'
Vamos a ponernos en el caso de un usuario que odia Wordpad (sí, sí, el vetusto procesador de texto enriquecido de Windows). Este usuario ficticio ve este software como algo totalmente superfluo y un derroche de disco duro, y considera una pérdida de tiempo tener que estar desinstalándolo cada vez que reinstala el sistema operativo.
De modo que …