Captagon es el nombre comercial que se emplea para hablar de la fenetilina, una anfetamina que produce euforia, concentración y que es usada por los yihadistas en su supuesta guerra santa.
No me lo podía creer. Cuantas más noticias aparecían en los medios, cuantas más imágenes dramáticas, más reivindicaciones criminales y más actos terroristas, más me acordaba del libro de Vladimir Bartol: Alamut. En la obra, Bartol cuenta un hecho histórico que ha inspirado videojuegos como Assassin's creed. En la perdida fortaleza de Alamut un autodenominado califa se esconde y entrena ejércitos de hombres de élite, preparados para infiltrarse en las filas de los países y estados enemigos, hasta convertirse en agentes de confianza. Una vez dentro, atacan minuciosa y selectivamente, haciendo daño en puntos concretos e inesperados, maximizando la destrucción (estratégicamente hablando). Es la historia de los asesinos nizaríes, o Hashshashin. Para poder convencerlos de que hicieran todo lo que hubiese que hacer, hasta la muerte, el líder de la secta, Hasan-i Sabbah, convence a sus guerreros con drogas y la promesa de ir directos al paraíso tras cumplir con su sangriento cometido. ¿Os suena la historia?
Hablemos del Captagon
Ahora volvamos a la actualidad. Según algunos alarmantes informes, hace un tiempo que la producción de anfetaminas en Siria ha ido en aumento. Pero también lo ha hecho el consumo. Hace poco un nombre comenzaba a asomar por encima de otros: Captagon. ¿Qué es esta droga? En realidad, Captagon es el nombre comercial de la fenetilina, que fue sintetizada por primera vez …