Una estrategia de ahorro para gobernarlas a todas.
Es muy probable que a principios de año en nuestra la lista de propósitos se encontrara el de ahorrar o bien, objetivos que requieren dinero para llevarlos a cabo como viajar, estudiar, cambiar de ordenador o de smartphone. Cuales sean esos propósitos, y si nos encontramos sin alcanzar nuestras metas, es un buen momento para replantear las estrategias.
Lo más probable es que los objetivos a conseguir sean positivos para nosotros: hacer algún deporte, conocer ese país de nuestros sueños. ¿Entonces por qué no los conseguimos? Tal vez no es por la falta de dinero sino por el sistema que utilicemos (o ausencia de este). Debemos recordar que crear hábitos y sistemas es mejor que fijarse metas pues las metas siempre nos parecerán lejanas, es decir, un objetivo demasiado grande que no podemos cumplir de inmediato. En cambio, hábitos diarios y objetivos muy concretos nos darán la sensación de que avanzamos (y en efecto lo hacemos).En el caso del ahorro, ya sea para un viaje, para un artículo o para nuestro retiro, las cosas se complican por varios motivos. El primero es que cuando decimos "voy a ahorrar", inmediatamente entra la sensación parecida a cuando decimos "voy a hacer dieta". La sensación de carencia y el ansia de "apretarnos el cinturón" harán que nuestra experiencia al ahorrar (o al hacer dieta) sea todo menos placentera y lo peor, no conseguiremos nuestro objetivo. Brad Klontz, especialista en temas financieros, lo explica así:
"Su cerebro emocional …