Alrededor de una treintena de personas menstruadoras nos hablan de su experiencia con la menstruación, mientras que una sexóloga nos ayuda a derribar mitos al respecto.
Cuando Lucía (nombre ficticio) tuvo su primera menstruación, fue casi una fiesta en su familia. A pesar de la vergüenza que eso le generaba a ella, su madre lo proclamó orgullosa a los cuatro vientos, mientras que todos los recién enterados insistían en una misma idea: no olvides cerrar las piernas.
Macarena (nombre ficticio) tampoco olvidará esa primera vez; aunque, en su caso, más que con vergüenza lo recuerda con dolor. ”Cuando me vino por primera vez, a los 12 años, fue prácticamente una hemorragia y al día siguiente tenía que ir al instituto”, cuenta a Hipertextual. “Las dos primeras horas estuve sentada, con mareos y nauseas, hasta que tuve que levantarme para el recreo. Primero vi que la silla estaba ensangrentada. Tuve que esperar a que se fueran todos, excepto una profesora a la que pedí ayuda. Me levanté y no paraba de sangrar”.Vergüenza, dolor y sangre. Son tres de las primeras palabras que vienen a la mente cuando pensamos en la menstruación. ¿Pero por qué? ¿Acaso hay otro proceso natural de nuestro organismo que tengamos tan demonizado? Hoy aprovechamos el Día Mundial de la Higiene Menstrual para hablar sobre todos esos tabúes que a lo largo de los años hemos ido concibiendo en torno a la regla. Por suerte, poco a poco se han ido derribando algunos de ellos. Pero, por desgracia, otros …