Las películas de acción suelen contar con un gran seguimiento por la mayoría del público. No es para menos, ya que son cintas entretenidas, con pocas pretensiones y que nos permiten poner el cerebro en automático sin problemas. Esta película no es una de ellas, ya que además de tener escenas de acción verdaderamente increíbles, nos encontramos también con un mensaje relativamente profundo detrás con el que quizás no todo el mundo esté de acuerdo. Vamos a ver qué tiene que aportar una película de samuráis norteamericana.Una película sobre el fin del Japón feudalNathan Algreen (Tom Cruise) es un hombre acabado. Después de años luchando como jinete, primero en la Guerra Civil Americana y posteriormente masacrando a las tribus indias solo le quedan su alcoholismo y los recuerdos traumáticos de una vida entera en guerra. El problema es que el mundo ha cambiado, pero él no ha cambiado con él. Por eso, mientras el mundo se está transformando en el fragor de la Revolución Industrial, él ha perdido su lugar en el mundo. O eso pensaba.En el otro lado del mundo, en las islas de Japón, el país está cambiando de una forma tan acelerada que está acabando con todas sus antiguas tradiciones. Allí viajará para instruir a las nuevas fuerzas del ejército imperial, pero por azares del destino conocerá a un hombre que ve como el mundo también le ha dejado atrás, el daimyo Katsumoto (Ken Watanabe), quien está librando una guerra para seguir manteniendo sus tradiciones y costumbres …