El término «bárbaro» se empezó a usar en un tono despectivo ya en la Grecia clásica. Se empleaba para designar a extranjeros, que venían correspondidos por una ausencia de civilización entendida en la época y por considerar que eran crueles y violentos. No pertenecer al mundo heleno te convertía, automáticamente, en uno de ellos, con lo que persas, los íberos o germanos eran tildados de poco civilizados.
En nuestros días, la figura de un bárbaro se ha personificado en un ser maligno, fuerte e indómito gracias a películas protagonizadas por el ínclito Arnold Schwarzenegger y su alter ego Conan de Cimmeria, aunque ya en los años treinta se fraguó su leyenda en base a su retrato de guerrero fuerte, impasible y de larga melena dee las novelas de Robert E. Howard. Con el personaje como excusa, «Conan Exiles» es un videojuego de marcada índole violenta que destaca, especialmente, por dos elementos, la supervivencia llevada al límite y un entorno de libertad de movimientos.
Precisamente, el límite de esta obra es tu habilidad por sobrevivir en un mundo hostil, plagado de otros humanos poco civilizados y extraños monstruos. Aunque recurre a los mismos esquemas de otros juegos como «ARK», este título aborda, por contra, una narrativa plúmbea alejada de la épica asociada a Conan. De primeras, el jugador debe diseñar su propio personaje hasta el más mínimo detalle, y cuando decimos «mínimo» es literal, puesto que incluso se puede redimensionar a su antojo el tercer brazo del personaje, aunque también …