Hace más de un siglo puede que alguno de nuestros antepasados asistiera al estreno de Nosferatu, una cinta muda que sorprendió a propios y extraños por su cuidada ambientación y por el terror que infundía con sus, para la época, impresionantes escenas plagadas de ingenio a la hora de utilizar los recursos disponibles.F.W. Murnau dirigió en 1922 esta película que no es sino una adaptación no oficial de la novela Drácula, de Bram Stoker, aquella que Francis Ford Coppola sí transformó en un famoso largometraje en 1992. Ahora, 102 años más tarde, ha estrenado por fin el que es su mejor remake hasta la fecha, que no el único.Los nuevos habitantes de Wisborg y de los CárpatosLo ha hecho de la mano de Robert Eggers, un (todavía) joven director que sin embargo ya tiene en su haber clásicos del terror y el misterio como La bruja o El faro, habiendo sido esta última protagonizada por Robert Pattinson y Willem Dafoe, con quien el cineasta ha vuelto a contar para esta ocasión, además de con Bill Skarsgard, Emma Corrin, Lily-Rose Melody Depp, Nicholas Hoult, Aaron Taylor-Johnson y Ralph Ineson, siendo este último el que ha dejado la actuación más destacada de todo el elenco.Vaya por delante que de todos esperábamos una buena interpretación y han sabido estar a la altura, pero a veces nos costaba ver al también actor de Kraven el Cazador como un alemán de 1838 heredero de la mayor empresa naviera del puerto de Wisborg, aunque se redime …