A mediados de los 90, España se encontraba en los albores de la revolución de Internet, tres amigos veinteañeros, todos ellos sevillanos (Luis Torrado, su hermano Germán, y Juan Ignacio Rodríguez), decidieron apostar por un negocio que entonces era visto con escepticismo: proporcionar acceso a esa red en auge en un país apenas conectado.
Este grupo de emprendedores no partía de cero; contaban con la experiencia previa de pequeño taller conjunto de reparación de ordenadores, llamado 'ADN' (de 'Aplicaciones, Desarrollos y Nodos'). Vale, es cierto que la experiencia no había sido muy provechosa (tuvieron que pedir créditos y al final decidieron cerrar cuando unos ladrones les robaron "hasta el último tornillo"), pero era experiencia, en cualquier caso.
De modo que se decidieron a lanzarse al mercado de los ISP fundando 'Arrakis'. ¿Por qué ese nombre? Fácil, porque Germán estaba leyendo por aquel entonces una novela sobre un planeta que, aunque dotado de pocos recursos, contenía la especia que daba acceso al conocimiento del futuro. El nombre de la novela era, por supuesto, 'Dune' y 'Arrakis', el nombre del planeta en cuestión.
El propio Germán fue también quien diseñó la web de la empresa, así como (tirando de Photoshop y Corel Draw) el logo de la misma.
Desembarcando en el mercado
Hablamos de una época en que, para conectarse a Internet, había que pagar por separado la llamada telefónica (frecuentemente interprovincial) al proveedor, y el servicio del proveedor mismo, que era quien proporcionaba el acceso al Internet global. En resumen, ser …