En el trabajo, solemos pensar que ofrecer ayuda de compañeros o jefes es siempre algo positivo. Sin embargo, un estudio reciente demuestra que prestar una ayuda no deseada puede ser perjudicial. Este estudio, realizado por un equipo de investigadores del Instituto Federal de Seguridad y Salud en el Trabajo de Berlín, revela que cuando ayudamos a alguien sin que nos lo pida, puede hacer que la otra persona se sienta frustrada y le cueste más desconectar del trabajo al final del día.
¿Por qué puede ser negativa la ayuda no deseada? Todos tenemos necesidades psicológicas básicas: queremos sentirnos competentes (buenos en lo que hacemos) y autónomos (capaces de tomar nuestras propias decisiones). Cuando alguien nos ofrece ayuda sin que la queramos, puede hacernos sentir menos competentes y con menor control de nuestro trabajo. Esto afecta negativamente a nuestra autoestima y nuestra capacidad de recuperación fuera del horario laboral.
La ayuda no pedida tiene efectos prolongados: dificulta la desconexión postlaboral y, por ello, reduce el descanso psicológico
¿Qué significa esto para ti y tu trabajo? Si eres jefe o compañero, es importante ofrecer ayuda sólo cuando se pida. Ofrecer ayuda sin que ésta sea solicitado puede hacer sentir a los demás que no confías en sus habilidades o decisiones. En resumen, la próxima vez que veas a un compañero en apuros, recuerda: antes de ayudar, es crucial acompañar la oferta de ayuda con la pregunta '¿necesitas ayuda?' para asegurar que sea bienvenida.
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