El 27 de marzo de 1980 ocurrió una de las erupciones volcánicas más devastadoras de la historia de Estados Unidos: la del Monte Santa Helena. Aquel trágico día, 57 personas murieron y hubo un daño ecológico que tardaría mucho tiempo en recuperarse. Cientos de kilómetros de suelos quedaron estériles y muchas especies animales y vegetales quedaron seriamente afectadas.
Tres años después, el paisaje no dio señales de mejora, salvo algunas plantas que lograron sobrevivir en el terreno cubierto por la lava. Ante este panorama, científicos de la Universidad de Utah tuvieron una idea: acercarse a la zona en helicóptero y arrojar tuzas para ayudar a regenerar la tierra. Los resultados de este experimento son palpables 40 años después.
Tuzas al rescate
Como cuenta un artículo de la Universidad de California, el experimento solo duró 24 horas. Los científicos esperaban que las tuzas excavaran en las zonas donde la plantas y hongos fueron destruidos por la lava. Esto haría que microorganismos enterrados bajo la piedra pómez volvieran a la superficie y proporcionaran nutrientes a las plantas para que pudieran prosperar.
El experimento funcionó, tanto que seis años después había 40,000 plantas en las áreas donde los topos habían excavado. Por otra parte, la tierra que no fue tocada por las tuzas permaneció prácticamente estéril. Michael Allen, uno de los científicos responsables, explicó el papel de los hongos en este proceso:
"Es imposible que las raíces de la mayoría de las plantas sean lo …