Las vacunas han sido clave para frenar y prevenir múltiples enfermedades infecciosas.
"Hay una sensación falsa y peligrosa de complacencia entre la sociedad", alertan los expertos.Hace unos días, una impactante noticia de salud saltaba de nuevo a los medios de comunicación. Una niña de Manresa (Cataluña) fallecía a causa de la meningitis C. La menor no estaba vacunada contra esta enfermedad, según confirmó el secretario de Salud Pública de la Generalitat. Su caso, al igual que sucedió con el niño de Olot, que murió de difteria sin haber recibido la vacuna, conmocionan a la opinión pública y extienden la idea del triunfo de los movimientos antivacunas.
La reciente muerte de niños no vacunados por culpa de infecciones prevenibles ha causado conmoción entre la opinión públicaPese al alarmismo que se desata ante el fallecimiento de cualquier menor, la realidad en España es otra. Las ideas de movimientos como la Liga para la libertad de la vacunación o de charlatanes como Josep Pàmies y Miguel Jara, que defienden los supuestos riesgos de la vacunación, no han germinado en nuestro país. A día de hoy, los movimientos antivacunas en España generan mucho ruido, pero su impacto no es tan grande como habitualmente se cree. La cobertura vacunal, es decir, el porcentaje de personas inmunizadas, sigue siendo por fortuna superior al 90%.
Sin embargo, la cobertura vacunal se distribuye de forma desigual. Los grupos más desfavorecidos socioeconómicamente y las minorías étnicas son los que presentan un menor nivel de inmunización, según recogía un …