Esta pieza de Vox Media es muy entretenida porque combina todo un mito cultural como es Franskenstein, de Mary Shelley, con experimentos con electricidad y «apaños» médicos que hoy nos parecen un poco cafres, de cuando no se sabía muy bien cuál era la frontera entre la vida y la muerte (ni siquiera hoy se conoce muy bien, todo sea dicho).
Y es que en la maravillosa época de la Ilustración estaba casi todo por descubrir, así como suena. Los científicos –término que ni siquiera existía todavía– tenían carta blanca, aunque no todo lo que hicieran estuviera muy bien visto en según qué círculos. De modo que en esa exploración de la vida y la muerte comenzaron a plantearse la cuestión de la resucitación, resurrección o reanimación de los seres que habían dejado de vivir.
Hoy en día el matiz entre todos términos es importante: el primero («Resucitación») se emplea para «volver a la vida algún ser aparentemente muerto» (por ejemplo alguien que se ha ahogado o ha sufrido un infarto) mientras que el segundo («Resurrección«). tiene un caríz un tanto más místico y religioso sin duda. «Reanimación» en cambio se usa más alegremente para «dar fuerza o vigor a algo que está mustio o decaído» (así que muerto, muerto no está del todo).
En el vídeo se habla de lo atrayente que les resultaba a todos aquellos personajes la técnica de la galvanización, recientemente descubierta. Así que se pusieron a enchufar varillas metálicas y cables a animales muertos, principalmente …