El viernes pasado, día 24 de abril, se cumplieron cinco años del lanzamiento del Apple Watch original. El nuevo dispositivo aterrizó en países de la primera oleada en aquel entonces, siendo Canadá uno de ellos. Un debut que coincidió con el año que viví en Whistler, una conocida estación de esquí situada en la Columbia Británica. Es por eso que no desaproveché la oportunidad de tenerlo desde el primer día.
En todo este tiempo, he aprendido muchas cosas del primer wearable de Apple. Ha sido un viaje que me ha sorprendido recorrer.
Del Series 0 al Series 5: la batalla por la utilidad en la muñeca
Comparar el Apple Watch Series 0 (nombre no oficial) con el Series 5 resulta injusto. Cinco años de incesante iteración han dejado una marca indeleble en la trayectoria del reloj. Basta con fijarse en que el hardware y software actuales son muy distintos e incorporan una serie de mejoras impresionantes. Algunas de ellas impensables en aquel entonces:
GPS de serie y 4G opcional, pero solo en los momentos necesarios para preservar la autonomía.
Resistencia al agua IP69 hasta 50 metros.
ECG y alertas de frecuencia cardíaca.
Mayor pantalla con esferas y complicaciones mucho más ricas.
Velocidad en el uso que mejora la experiencia.
Pantalla siempre encendida, una mejora muy demandada por los usuarios.Con cada nueva generación de Apple Watch, la utilidad del reloj ha aumentado. Y esa es precisamente la lucha que mantiene este dispositivo, la de sacarle provecho …