La paleoantropología es una ciencia fascinante. Un trozo de hueso, tan pequeño que nadie lo notaría, puede revelar secretos sobre la humanidad, ayudarnos a entender mejor nuestros orígenes y resolver misterios que llevan décadas intrigando a los expertos.
Un pedazo de diente, una pieza desgastada y ennegrecida por la humedad, acaba de dar pistas sobre los denisovanos, un enigmático grupo de homínidos del que apenas conocemos nada y que —según los análisis del genoma— se mezcló con nuestros antepasados hace solo 30,000 años. Tal vez incluso menos.
El descubrimiento que inició todo
El diente que se ha hallado en Tam Ngu Hao 2, una gruta de roca caliza en el noroeste de Laos, es el de una niña de entre 3.5 y 8.5 años que vivió hace entre 164,000 y 131,000 años. Hasta aquí todo normal. Un descubrimiento interesante, pero no para emocionar a ningún aficionado a los fósiles y la genealogía.
Molar hallado por el equipo. Demeter et al., 2022.
Lo que hace único al diente de la gruta de Laos no es su antigüedad sino sus rasgos. No se asemeja a los molares de otros Homo sapiens antiguos. Ni al de los Homo erectus. La pieza es corta, áspera y con un esmalte singular. A lo que sí se parece es a otro molar hallado en el Tíbet, uno que pertenecía al maxilar de… —¡Sorpresa!— un denisovano.
El hallazgo adquirió una nueva …