Vaya por delante que tras el cambio en la política de cuentas compartidas de Netflix, nos dimos de baja. Por tanto, Netflix pasó a ser una plataforma de streaming más de las que vamos alternando a lo largo de los meses. Así, por el momento seguimos suscritas a Prime Video (efecto colateral de mi suscripción de Amazon Prime), pese a que no dejan de llegar malas noticias: anuncios y peor calidad de imagen.
HBO Max sigue convenciéndonos por su precio y catálogo, aunque los cambios en Max me inquietan mucho. Tampoco podemos olvidar las subidas de precio en Apple TV+ y la subida de Disney+ para tener por el mismo dinero algo peor que antes, anuncios por menos dinero, o tener que pagar más por funciones como 4K UHD o sonido Dolby Atmos, que llevan en la plataforma sin considerarse un extra desde su lanzamiento en España en 2020.
Estas subidas generalizadas de precios y la diversificación de la oferta puede llevar al cansancio al consumidor pero en mi caso, los servicios de streaming siguen siendo mi forma de consumo favorito de cine y series.
Me gusta ir al cine. La pantalla grande, la oscuridad, el silencio (moderado) y las palomitas están grabadas en mi memoria desde mi infancia. Allí me atrapó 'La bella y la bestia', 'Aladdin' o 'El rey león'. Sin embargo, ya de mayorcita disfruté 'Encanto' suscribiéndome un mes a 'Disney+'. Disney hizo algo poco común que demuestra la importancia de los servicios de streaming en Hollywood: …