El videojuego, como medio interactivo, debe reaccionar ante las súplicas de los videojugadores. La obra debe involucrar al espectador convertido aquí en un director que dirige los pasos de los personajes. Como canal de comunicación que fusiona diferentes disciplinas artísticas puede representar un puente hacia la reflexión. Su capacidad para evocar emociones es magnánima, a pesar que por percepción social muchos ajenos al mundillo hagan un reduccionismo mercadotécnico en donde solo se destaquen los productos más comerciales, generalmente envueltos en una acción desenfrenada de disparos.
Pero, por fortuna, la gran variedad de opciones que se pueden encontrar en esta industria en constante crecimiento es la mayor alegría que puede representar. Porque, gracias a ello, se pueden producir propuestas que se alejen de lo popular. La idea de aventuras gráficas vive su gran apogeo. Su segunda edad dorada. Su dinámica y concepto, es cierto, se queda corto de un público que demanda un ritmo de juego más vertiginoso. Un ejemplo de cómo ha evolucionado el género se encuentra en «Detroit Become Human», nuevo videojuego de Quantic Dream, cuya cabeza visible es David Cage. Un estudio que es capaz de crear verdaderas joyas interactivas como «Heavy Rain» y que ahora se ha superado con creces.
Este videojuego es un golpe que te devuelve a la realidad. Al sofá de los sentimientos. Un ser abyecto y sin corazón no sobreviviría al mundo actual con empatía, por desgracia una conducta cada vez menos desarrollada en la sociedad. Porque esa sociedad, o parte de ella, …