Hace unos días, un ejecutivo de McDonald’s México me platicaba que habían tenido que hacer varios cambios en el menú y las tiendas para adaptarse a sus clientes de hoy, que tienen la costumbre de consumir lo que ellos quieren, donde ellos quieren y como ellos quieren. Y es que hasta hace unos cuantos años, querer personalizar una hamburguesa en un lugar como ese era algo prácticamente imposible, pero hoy nadie puede forzar a un cliente a adquirir algo que no quiere. La tecnología ha tenido mucho que ver con esto, porque los teléfonos celulares han logrado que la personas tengan en el bolsillo un dispositivo con el que pueden pedir un taxi a la puerta de su casa, comprar el super, ordenar comida o ver si hay lugar en el cine para la función que está a punto de empezar. La tecnología móvil ha hecho que los usuarios no tengan que encender la televisión para ver, por ejemplo, un comercial, no deben ir al cine para ver el tráiler de una película que se estrenará dentro de un año y tampoco tienen que ir a comprar una monografía para resolver una duda sobre algún hecho histórico. Hoy, las empresas empiezan (o deben empezar) a modificarse para ofrecer a sus clientes la opción de llegar a ellos por cualquier vía, por ejemplo, esta nota la puedes leer a través de tu celular, tablet o computadora y no tuviste que buscarla, porque seguramente llegó a ti a través de una red …