Los videojuegos representan una vía de escape. Y ahora más que nunca. Durante las últimas semanas, mucha gente ha encontrado en el mando un sustento. Así lo demuestra, sin ir más lejos, el enorme aumento del juego online. Un incremento que, según Telefónica, ha sido del 271% entre el 13 y el 15 de marzo. A pesar de la paralización que se sufre en el cine y en las grandes editoriales, los videojuegos que se esperaban para estas semanas han llegado puntuales. Y, entre ellos, uno de los mejores títulos de disparos en primera persona de la presente generación: «Doom Eternal». Disponible en PlayStation 4, Xbox One y ordenador y próximamente, aunque sin fecha, en Nintendo Switch.
Creado por id Software, el estudio detrás de sagas tan grandes como Quake o el primer Rage, el título funciona como una continuación directa del «reboot» de la franquicia nacida en los noventa, lanzado en 2016. Sin embargo, atendiendo al poco peso que tiene la historia, este detalle, prácticamente, carece de importancia. A diferencia de otros, «Doom Eternal» no tiene por objetivo cambiar la vida a quien se sumerge en su mundo postapocalíptico. No estamos ante un alarde narrativo como «Death Stranding», «Zelda: Breath of the Wild» o «The Last of Us». Y ni falta que hace. Todo, o casi, se resume a pasar de pantalla en pantalla acabando con los demonios que pueblan la tierra muerta en la que se desarrolla la acción. Un planteamiento que puede parecer simple, pero no por …