El ajedrez es un juego muy complejo y desde que los científicos del cómputo decidieron atacarlo como un problema a resolver, se han hallado muchas posibilidades para comprender cuando hay posiciones ganadas o de empate, ya sea de blancas o negras.Hace años Ken Thompson, uno de los creadores del lenguaje Unix, en los Laboratorios Bell (ahora propiedad de AT&T), construyó una máquina que podía jugar al ajedrez. En los 80 fue la campeona mundial y su nivel era el de un Maestro FIDE. La máquina de Thompson y Condon, "Belle", tenía el tamaño de un pequeño refrigerador (como los "mini-bar" que hay en los hoteles) y podía procesar cientos de miles de posiciones por segundo.Su reinado fue relativamente corto porque apareció una supercomputadora Cray, con el programa llamado Blitz, que destronó a la máquina de Thompson y entonces la investigación se enfocó a desarrollar sistemas de fuerza bruta que podían calcular miles y miles de posiciones por segundo. Por ejemplo, Deep Blue podía analizar unas 200 millones de jugadas por segundo, cosa que está fuera de toda posibilidad humana.Thompson, sin embargo, no dejó de trabajar en el problema y entonces de pronto tuvo una idea: analizar los finales básicos, empezando por ejemplo, el de rey y dama versus rey, y ver si se podía hacer el árbol de variantes del mismo desde cualquier posición.Lo interesante fue que Thompson decidió ir del final al principio, es decir, de la posición de jaque mate regresó una jugada y vio cuantos posibles movimientos …