Internet aún dista de ser universal, con regiones enteras del planeta de acceso más que limitado. Así que nadie mejor que el inventor de las tres «w» (www, «World Wide Web») para enarbolar la extensión que el mundo necesita. Por eso, las palabras de este lunes del gran gurú Tim Berners-Lee en la conferencia internacional de tecnología Web Summit, que se celebra en Lisboa (Portugal) entre el 5 y el 8 de noviembre, eran esperadas como un maná, tal es la expectación generada por su megaproyecto en ciernes.

El ambicioso plan, bautizado como Contrato para la Web («Contract for the Web»), consiste en un acuerdo mundial para internet, que se presentará en mayo de 2019 e implicará a gobiernos, empresas y ciudadanos. La cumbre tecnológica de la capital portuguesa, donde permanecerá otra década más, sirvió de foro para la declaración de intenciones, toda vez que se aguarda el momento denominado 50/50, es decir, la franja temporal en la que se alcanzará la mitad de la población conectada para dar a conocer el programa en su totalidad.

Se trata de auspiciar una red verdaderamente libre y abierta, que sea un bien público y un derecho básico, dado que hoy en día las tarifas arrojan precios prohibitivos para numerosas capas de la población mundial. Y, claro está, los países subdesarrollados y las mujeres protagonizan las dos grandes bolsas de exclusión.

¿Estamos ante un tapón contra el dominio de los gigantes de Silicon Valley? Berners-Lee mostró su disposición de no calentar los ánimos …