El X-57 con uno de sus motores en marcha – NASA/Lauren Hughes
Hace unos días la NASA anunciaba que el proyecto de avión totalmente eléctrico X-57 Maxwell –del que compruebo sorprendido que nunca había escrito aún cuando lleva activo desde 2016– terminará a finales de septiembre de 2023. Eso impedirá que el avión llegue a volar nunca.
Según la agencia esto es porque el proyecto se enfrentó a varias dificultades para realizar un vuelo seguro, entre ellas problemas mecánicos al final de su ciclo de vida y la falta de disponibilidad de componentes críticos necesarios para desarrollar el hardware experimental y terminar la conversión de la Tecnam P2006T a un sistema de propulsión completamente eléctrico.
Aún así se declara satisfecha, ya que ha conseguido avances en distintos campos: baterías de iones de litio que se mantienen dentro de unos márgenes de temperatura seguros para operar en vuelo; controladores –los dispositivos que transfieren la electricidad almacenada en las baterías a los motores– con un 98 % de eficiencia que también operan a temperaturas razonables y que podrían ser refrigerados por el aire que pasara a través del motor; y la solución a diversos problemas de interferencias electromagnéticas entre distintos sistemas de a bordo.
La agencia dice ahora que el objetivo del proyecto no era crear un prototipo que volara –yo no lo tengo tan claro– sino aportar conocimientos sobre el diseño centrado en la propulsión eléctrica del avión y el proceso de certificación de un avión así. Y afirman que esa …