¿Es peor ser un troll o intentar combatirlos?
La lucha de Twitter contra los perfiles de plataformas e individuos que propagan contenido de odio es un tema que ha sido harto comentado durante 2017. Acusados por los propios usuarios de la plataforma de no estar realizando todo lo que debieran para erradicar los perfiles nocivos, la propia red social se comprometió a endurecer sus medidas. Parece que así ha sido, aunque quizá no de la manera que uno podría esperar.
En un artículo publicado por Yair Rosenberg en el New York Times, un judío que ha vivido de manera cercana el movimiento antisemita que se ha estado viviendo en Twitter durante los últimos tiempos –especialmente en Estados Unidos–, cuenta cómo él y un seguidor suyo desarrollaron un bot para dar caza en la plataforma a los perfiles que suplantan la identidad de personas de minorías religiosas con el fin de ridiculizarlas. Mediante una imagen de perfil falsa y una biografía inventada, estas cuentas se dedican a postear de manera constante contenido pro-nazi, violando así las normas de uso de Twitter.¿Por qué, Twitter?
Según narra Rosenberg, gracias a una base de datos curada a mano el bot (@imposterbuster) era capaz de unirse a conversaciones donde estos perfiles realizaban comentarios de carácter antisemita, intentando así exponer el engaño que suponía la cuenta. Los trolls, enfadados, comenzaron entonces a cambiarse de nombre o irse a sus propias cuentas para continuar la actividad desde allí. En cualquier caso, la actividad de este bot era una presencia …