El COVID-19 trajo un cambio de paradigma en el ámbito laboral: el teletrabajo llegó por necesidad, pero para muchas personas, lo hizo para quedarse. Porque para trabajadores y trabajadoras aumenta la productividad y su flexibilidad constituye un aliciente. Muchos CEOs no piensan lo mismo, y con el fin de la pandemia ha comenzado un tira y afloja para volver a las oficinas. No es el único: la gran renuncia por un lado o la renuncia silenciosa por otro son otros frentes abiertos entre jefes y plantilla. Este empoderamiento escuece y hay quien ha pedido dolor en la economía para recordar quién manda aquí: Tim Gurner, el CEO de la inmobiliaria Gurner Grup. Sus declaraciones se han hecho virales esta semana.
En su participación en un foro financiero sobre inmobiliarias, Gurner hablaba de la arrogancia de los trabajadores desde el COVID e instaba a matar esa actitud. ¿Cómo? Con mano dura y dolor en la economía... todo el dolor que cabe esperar de un 50% de desempleo.
"Los empleados sienten que la empresa tiene mucha suerte de contar con ellos, y no al revés. Tenemos que acabar con esa actitud, y eso tiene que llegar a través de un daño a la economía" (...) "Necesitamos ver como el desempleo aumenta hasta el 40 o 50% y ver cómo la economía sufre para recordarle a la gente que ellos trabajan para las empresas, no al revés".
Según Gurner, durante los años del COVID, la gente decidió trabajar menos, lo que conllevó un …