La historia de una familia criminal bonaerense, normal en apariencia, que sobrecogió a Argentina en los primeros años ochenta del siglo pasado es la que Pablo Trapero ha elegido para su nueva película, en la que, por mucho que digan algunos, sigue mostrando tanto sus intereses, al menos en parte, como su estilo propio.A estas alturas de su carrera se me antoja disparatado poner en duda que uno de los principales propósitos del director de cine Pablo Trapero es ofrecer retratos, siempre la mar de convincentes, de distintos aspectos de la sociedad argentina contemporánea, que no se limita a usar en absoluto como contexto en el que construir sus creíbles dramas, y normalmente lo hace con una trama familiar de por medio. Es lo que cumplió en la humilde Mundo grúa (1999), en la curiosa Familia rodante (2004), en Nacido y criado (2006) o incluso en la destacable Leonera (2008). Retratos argentinos son también El bonaerense (2002), la estimable Carancho (2010) y Elefante blanco (2012), como en Leonera, con elementos delincuenciales, lo que las emparenta aún más en espíritu con su última película.
El Clan expone cómo la familia de Arquímedes Puccio, ex militar argentino, y otros secuaces se dedicaron durante la última y sangrienta dictadura, y pocos años después, a secuestrar a personas adineradas con el objeto de conseguir un sustancioso pago del rescate, como es de imaginar, y las consecuencias del caso. Al basarse en hechos verídicos, la contextualización del periodo histórico del país en que ocurrieron está …