La ingeniera aeroespacial de la NTSB Leani Benitez-Cardona, y su compañero Matthew Fox, jefe de materiales, estudiando el «tapón» del 737 de Alaska Airlines – NTSB
Casi dos meses después de que el tapón que sustituye a una de las puertas de emergencia de un Boeing 737 MAX de Alaska Airlines saliera disparado en pleno vuelo el Departamento de Justicia (DoJ) de los Estados Unidos ha lanzado una investigación contra el fabricante por ese hecho.
El objetivo es determinar si Boeing está cumpliendo con aquello a lo que se comprometió cuando llegó a un acuerdo con el DoJ para abonar 2.500 millones de dólares –unos 2.000 millones de euros– por el fiasco del Boeing 737 MAX. El acuerdo dejaba en suspenso el caso y decía que si en tres años Boeing cumplía con lo estipulado en el acuerdo el Departamento de Justicia desistirá del caso.
Aparte de compensaciones a las familias de las personas fallecidas, aerolíneas afectadas, y de una multa, Boeing se comprometía a «portarse bien» en lo que se refiere a los procedimientos de seguridad de la empresa y en sus interacciones con la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos y otros organismos gubernamentales.
Es precisamente este aspecto el que el Departamento de Justicia quiere poner bajo la lupa. Aunque desde luego por lo que se va sabiendo no parece que que en Boeing se lo hayan tomado muy en serio:
Un reciente informe de un comité independiente hablaba de la desconexión entre la dirección …