Debido a los problemas que representa el COVID-19, la industria de los videojuegos comenzó a trabajar de manera remota. Este nuevo entorno laboral ha creado sus propios retos, y algunos desarrolladores han tenido que adaptarse a un diferente ritmo, y esto ha afectado el avance de algunos juegos de varias formas. Recientemente se ha dado a conocer que el desarrollo de la segunda parte de Final Fantasy VII Remake "disminuirá temporalmente por debajo del 100% de eficiencia" como resultado.