A 700 metros de profundidad, bajo una colina en el sur de China, se está construyendo un colosal instrumento científico que promete arrojar luz sobre uno de los mayores enigmas de la física: la naturaleza de los neutrinos, las partículas subatómicas más esquivas y abundantes del universo después de los fotones de luz. El Observatorio Subterráneo de Neutrinos de Jiangmen (JUNO, por sus siglas en inglés), una esfera de 20.000 toneladas de un líquido detector rodeada por 43.000 sensores de luz ultrasensibles. Se asemeja a proyectos tan interesantes como el cañón de luz, pero su apuesta es todavía más ambiciosa al desentrañar uno de los secretos más ocultos del universo.Entrará en funcionamiento en 2025, según la comunidad científica que lo está llevando a cabo, tal y como explican en un artículo en Science Focus, por lo que las fechas no son especialmente dilatadas y pronto podremos ver las primeras pruebas llevarse a cabo.Los neutrinos, apodados "partículas fantasma" por su mínima interacción con la materia, son increíblemente difíciles de detectar. Se estima que cien mil millones de neutrinos atraviesan cada centímetro cuadrado de nuestro cuerpo por segundo, la mayoría provenientes de las reacciones nucleares que alimentan al Sol. Para capturar estas escurridizas partículas, los físicos necesitan construir detectores gigantescos como JUNO, con un coste aproximado de 300 millones de dólares, que permiten aumentar la probabilidad de que al menos un neutrino interactúe con la materia. Es algo increíblemente difícil, y en ese sentido la forma en la que se ha construido …