Para un magnate como Elon Musk, adquirir una propiedad es un gasto que "no le hace ni cosquillas". Porque, cuando eres la segunda persona más rica del mundo, ¿qué tanto es comprar una mansión de seis millones de dólares?
Para muchos de nosotros es una cantidad inalcanzable. Tan solo el hecho de pensarlo nos sitúa en un escenario lleno de deudas y pagos morosos. Pero por más ridículo que suene alguien sí se atrevió, se endeudó, y todo gracias al propio Musk.
Todo se remonta al año 2013 cuando Elon Musk adquirió la emblemática mansión del reconocido actor y comediante Gene Wilder. Ubicada en el exclusivo Bel-Air Country Club de Los Ángeles, este fue el hogar de Wilder desde finales de la década de 1970.
El predio, situado justo frente a otra residencia que Musk poseía en esa misma zona, fue adquirida a través de un fideicomiso vinculado al empresario. Fue así que pagó 6.7 millones de dólares por la propiedad. Sin embargo, su verdadero interés consistió en preservar el legado del actor y los elementos personales de la casa usados como decoración, considerados parte esencial de su historia.
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