La Estación Espacial Internacional (ISS) no solo es un lugar dedicado a la investigación científica en órbita, sino también un escenario de eventos inusuales, como fallas en la instalación, impactos de micrometeoritos y otras situaciones curiosas, como olores intensos y nauseabundos que se experimentaron tras la llegada de una nave rusa a la estación.
A finales de noviembre de 2024, la Progress 90 MS-29, una misión de reabastecimiento, se acopló a la ISS. Todo parecía en orden hasta que los cosmonautas Aleksey Ovchinin e Ivan Vanger abrieron la escotilla que conectaba ambas naves.
Al abrirla, los tripulantes se encontraron con un "olor intenso" y pequeñas gotas flotando en el aire, lo que los llevó a cerrar rápidamente el acceso a la nave. Según el medio Russian Space Web, el olor era tan fuerte que los cosmonautas lo describieron como "tóxico".
Una vez cerrada la escotilla, los cosmonautas procedieron a ponerse sus equipos de protección y activaron los sistemas de a bordo para purificar el aire en la zona rusa de la estación. Mientras tanto, la NASA realizaba el mismo procedimiento de purificación y control de contaminantes en el lado estadounidense de la ISS.
De acuerdo con el astronauta Don Pettit, de la NASA, el olor era tan penetrante que, a pesar de que la escotilla se había mantenido abierta por poco tiempo, se llegó a percibir en el lado estadounidense, hasta el Nodo 3 de la instalación.
En declaraciones de Pettit a los controladores …