Se cumplen cincuenta años desde que el diplomático Arvid Pardo levantara la voz en la ONU.
Su histórico discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas fue el germen de la Constitución del Mar y de los Océanos.Pocos imaginaban que aquel joven, cuya infancia estuvo marcada por la tragedia, llegaría tan lejos. Cuando apenas era un niño, Arvid Pardo sufrió la repentina muerte de su padre y de su madre como consecuencia del tifus y de una malograda operación de apendicitis. Tiempo más tarde, su propio hermano falleció por culpa de un accidente de automóvil, por lo que de la noche a la mañana, Pardo quedó solo bajo la tutela de su tío, el diplomático italiano Bernardo Attolico. Sus vacaciones junto a este familiar le abrieron las puertas a un mundo desconocido, y en parte también cambiaron la historia del planeta.
Tras el estallido de la II Guerra Mundial, Arvid Pardo fue detenido por los nazis, los fascistas italianos y por el Ejército rojoTal y como recordaba Carl Q. Christol, catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad del Sur de California, el joven siguió el ejemplo de su tío y decidió embarcarse en la carrera diplomática. Tras graduarse en la Universidad de Tours (Francia) en 1938 y doctorarse por la Universidad de Roma al año siguiente, Arvid Pardo vivió en primera persona el conflicto bélico que asoló el viejo continente. Tras el estallido de la II Guerra Mundial, decidió unirse a la resistencia italiana para oponerse a los regímenes …