Hace años apenas enchufábamos uno o dos electrodomésticos: el frigorífico y el horno. Luego le tocó al microondas. Después fue el turno de la muerte de las cocinas de gas a favor de las vitrocerámicas o de inducción. Y no nos olvidemos de todos esos cocederos de arroz, gofreras o sandwicheras, freidoras de aire, batidoras, picadoras de hielo... la cocina suele estar llena de aparatos, pero solo hay uno que comprende un peligro real. Hablamos del tostador.

El tostador es un electrodoméstico que poco a poco va acumulando migas y de pan y restos de alimentos. Cuando se apaga, sus resistencias siguen incandescentes y se mantienen calientes durante un corto periodo de tiempo. Si dejamos el aparato conectado, éste puede sufrir un cortocircuito y prender la llama sobre ese resto de alientos.

Hay accesorios que se recomiendan desenchufar por seguridad digital. Otros, por seguridad física. Y el tostador es quizá uno de los que más riesgo comprenden porque sus componentes eléctricos pueden sobrecalentarse. Por supuesto, si no quieres desenchufarlo existe una alternativa mucho más cómoda: recurrir a un enchufe de conexión WiFi. Estos enchufes cuentan con opciones inteligentes, se sincronizan con tu red WiFi y podrás apagarlos y cortar la corriente con un simple interruptor digital. De esta forma, ya no tendrás que preocuparte de desenchufar el tostador justo después de usarlo.

Cómo evitar el riesgo de incendio

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