“Con Jobs esto no hubiera pasado”, “el fin de Apple…”, “recorte de ventas ¿el abismo?”… Las frases catastrofistas sobre la firma de Cupertino saltan como un resorte en cuanto alguno de los múltiples haremos que miden la actividad de un negocio no salen cómo se hubiera esperado. Ojo, hablamos de la expectativa, no de que ese dato en cuestión fuera negativo. Y es que en el mundo de Apple ganar menos miles de millones (aunque se gane muchísimo), parece el anticipo del cataclismo.
Pero al final siempre salen ganando…
Apple ha vuelto a demostrar al mundo dos cosas: una, que sus líderes saben gestionar la empresa de una manera impecable, incluso teniendo toda una horda de críticos en su contra, y dos, que la empresa sabe mejor que nadie qué es lo que quiere el cliente, incluso antes de que éste mismo sea consciente de esa necesidad.
¿Sin jack de auriculares? Sí, por supuesto
Un buen paradigma de la realidad paralela que vive Apple en cada cierre del ejercicio fiscal lo tenemos con la controvertida eliminación del jack de auriculares. Aquello parecía el fin. ¿Un móvil sin conector de auriculares? ¿Serán necesario adaptadores? “¡Qué barbaridad! ¡Será la tumba de la empresa!”. Otro tanto sucedió cuando Apple presentó un iPhone 7 que fue recibido por los críticos como anodino y falto de novedades, al menos las que justificaran un salto de versión.
Apple sabe mejor que nadie qué es lo que quiere el cliente, incluso antes de que éste mismo …