El estudio parte de la base que el algoritmo de Uber opera de forma neutral, por lo que la culpa es de las mujeres que operan en la plataforma: conducen más despacio, trabajan menos y no acuden a las zonas más inseguras de la ciudad.
Tiene su origen en la Universidad de Stanford, de la mano de dos profesores de economía aplicada y tres empleados d… Seguir leyendo...