Bentley atraviesa una etapa difícil. En 2023, sus ventas, ingresos y ganancias cayeron a doble dígito. La explicación, según su ex director ejecutivo Adrian Hallmark, no tiene que ver con problemas de calidad o con la competencia. Lo que ocurre es que sus clientes, la élite global con dinero de sobra, ya no quieren alardear de su fortuna con un coche de lujo. El fenómeno representa un cambio cultural profundo: los ricos de hoy prefieren el bajo perfil.

La declaración sorprendió al mundo automotriz. Hallmark, quien acaba de dejar su cargo en Bentley para asumir como CEO de Aston Martin, reveló que muchos clientes decidieron no comprar un auto nuevo simplemente para evitar llamar la atención. Aunque conservan el poder adquisitivo, ahora muestran una “sensibilidad emocional” ante el escrutinio social. Bentley, una marca históricamente ligada a la elegancia británica y al buen gusto reservado, ha sido víctima de su propia sofisticación.

El fenómeno no solo se siente en Europa, donde la crisis inflacionaria ha impactado los hábitos de consumo. También ocurrió en China, donde la deflación ha puesto freno al entusiasmo por vehículos como el Bentayga, el SUV que había impulsado el crecimiento más rentable de Bentley en su historia reciente. En Estados Unidos, su otro gran mercado, la tendencia ha sido similar. Los millonarios siguen ahí, pero ya no buscan exhibirse, según información de Fortune.

En ese contexto, Bentley vendió 13,560 vehículos en 2023. A simple vista, la cifra parece buena: …