¡Buenas tardes!
¿Ha debido interactuar en los últimos meses con algún servicio público para algún trámite? ¿Lo hizo en persona o en línea? Seguramente, la inmensa mayoría de quienes leen estas líneas han experimentado con alguna aplicación o plataforma web para resolver asuntos socioeconómicos, de salud o civiles, entre muchos otros.
Claro, las medidas para contrarrestar la pandemia han impulsado las interacciones virtuales y digitales, por lo que para muchas instituciones del Estado, este tiempo ha significado un salto importante en sus servicios de atención al ciudadano de cara a la anhelada transformación digital (TD).
De hecho, de acuerdo con la versión más reciente del estudio de Accenture, Techvision, el 67% de las organizaciones públicas en América Latina aceleró su TD producto de la crisis. Según el informe, la tecnología con la que más proyectan experimentar este año las organizaciones públicas de la región es el 5G, con un 35%, mientras las que más esperan escalar son cloud (51%), data analytics (44%) y la ciberseguridad (41%).
Ahora bien, ¿estamos hablando de lo mismo? ¿Son estas incorporaciones tecnológicas un termómetro de la TD?
El consenso generalizado entre los especialistas es rotundo. TD no es la suma de nuevas tecnologías. Digitalizar procesos es una cosa, pero transformarse digitalmente es otra, completamente distinta, más profunda y transversal. Por eso conviene preguntarse, ¿en qué momento podemos llegar a hablar de una transformación digital real en una organización?
En uno de los artículos destacados de la semana abordamos esta interrogante. Aquí, Cristian Álvarez, consultor en transformación digital de Bombé Soluciones, explica …