El único lugar en San Francisco que trabaja con bienes raíces como en los años ochentas es la oficina del asesor de la ciudad. Su sistema de impuestos data de la época de los discos flexibles, los floppies. Muchos de los programas que usa el gobierno, de hecho, corren en software creado por lenguajes que ya son obsoletos y que además, no soportan el ratón. Muchos asesores, cuando usan software antiguo, no pueden tener toda la información de las propiedades en la pantalla. Los que trabajan con este tipo de software tienen que abrir y cerrar muchos menús para buscar incluso una simple dirección en la ciudad. De acuerdo con Carmen Chu, la asesora de la ciudad, “los programas que se usan no reflejan las necesidades actuales”.
El hombre con más software de hojas de cálculo en el mundo es mexicano
Todo esto es, por decir lo menos, curioso, porque San Francisco no es una ciudad que no tenga los últimos adelantos tecnológicos. Sin embargo, los políticos estadounidenses parece que frecuentemente usan el dinero de los contribuyentes para crear nuevas carreteras y puentes, pero el equivalente digital para proyectos de dicha infraestructura parece que no desarrolla el mismo entusiasmo y se deja “para después”. “Modernizar la tecnología no es un tema prioritario que viene a la mente cuando se le habla a los contribuyentes“, dice Chu. Le llevó a su oficina casi 4 años para asegurarse 36 millones para actualizar el hardware y el software, de manera que los programas puedan, entre …