El mundo de los videojuegos y la ciberseguridad se vio sacudido por un escándalo sin precedentes cuando, en 2022, el estudio de videojuegos Rockstar Games —creador de la popular saga Grand Theft Auto (GTA)— sufrió un ciberataque masivo y la consiguiente filtración de datos relevantes sobre sus nuevos proyectos: 90 vídeos de gameplay que terminaron publicados en Telegram…

…y, casi, el código fuente de GTA6, con el que el atacante amenazó al estudio con publicar si no acataban sus demandas.

Más allá de sus repercusiones sobre la escena 'gamer' y el desarrollo de GTA6, este incidente también desembocó en un comentado y polémico caso judicial protagonizado por el británico Arion Kurtaj, un joven autista de 18 años, y miembro clave del grupo internacional de hackers Lapsus$.

Kurtaj fue doxeado por otros hackers, que averiguaron dónde vivía y publicaron en redes, a su vez, información personal suya

"Lo volvería a hacer"

Si bien la carrera delictiva de Kurtaj cobró notoriedad tras el hackeo a Rockstar Games, no se trataba del primer ciberataque que realizaba, ya que anteriormente le había costado casi 10 millones de dólares a otras dos grandes compañías que había atacado previamente: Uber y Nvidia.

De hecho, en el momento de realizar su ataque más famoso se hallaba bajo custodia policial y sin acceso a un ordenador como consecuencia de los dos anteriores… pero Kurtaj logró sortear ese 'pequeño' contratiempo usando sólo un Amazon Fire Stick, el televisor de su hotel y un teléfono móvil.

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