Hace 300 millones de años, un insecto de dimensiones colosales surcaba los cielos de la Tierra. Con una envergadura de hasta 70 centímetros, era un auténtico gigante del aire, anterior a los dinosaurios por casi 100 millones de años. Su parecido con las libélulas actuales es innegable, pero su tamaño y habilidades lo convierten en una de las criaturas más fascinantes de la prehistoria.