*Por Natalia Alban Bravo, Account Executive Manager, Extreme Networks México & VECCA
El Internet de las cosas (IoT) está introduciendo una era de ciudades inteligentes y gobiernos inteligentes. Los beneficios de un gobierno inteligente incluyen costos de operación mucho más bajos, mayor capacidad de respuesta, mayor sostenibilidad, mayor eficiencia, datos de proceso constantemente disponibles, mejor recaudación y mayor satisfacción ciudadana. En materia de consumo, la gente se ha familiarizado con los dispositivos inteligentes que permiten la interacción con su entorno como lo es la domótica o en su momento, el boom del BYOD (bring your own device) al centro laboral.
A medida que esto evoluciona, en el gobierno, nuevas consideraciones significativas deben ser priorizadas. Junto con la flexibilidad, el acceso a datos enriquecidos y las aplicaciones y configuraciones completamente nuevas, surgen preocupaciones elevadas sobre la seguridad, privacidad, confiabilidad y capacidad de administración.
Un aspecto importante del gobierno inteligente es el uso de IoT, que pueden ayudar, por ejemplo, controlar eficientemente los recursos utilizados para iluminación, calefacción y refrigeración. Los edificios inteligentes optimizan el uso de energía a través de cientos de sensores y controles IoT. Todos estos dispositivos deben estar fácilmente conectados a la red y protegidos contra el uso no autorizado y ataques informáticos. Los edificios inteligentes suelen albergar equipos sensibles, dispositivos médicos y miles de instrumentos analíticos que requieren un acceso estrictamente controlado y supervisado a la red.
Con la llegada de miles de dispositivos de red IoT, las redes gubernamentales se han vuelto más complejas, lo que supone un desafío creciente …