El iPad registró un nuevo descenso de ventas e ingresos (YoY) pese a los esfuerzos de Apple por impulsar el producto en nuevos entornos. El iPad de 2017 es muy diferente al concebido en 2010.
”Todo el mundo utiliza un smartphone y un ordenador. ¿Hay espacio para una tercera categoría entre ellos? […] Para crear una nueva categoría, esos productos deben ser muy superiores haciendo algunas tareas clave”. Y entonces Steve Jobs enumeró ante el Yerba Buena Center (San Francisco) las siete tareas en las que ese nuevo dispositivo sería mejor que un smartphone y que un portátil: fotografía, correo electrónico, web, videojuegos, eBooks, vídeo y música. Minutos más tarde, el CEO de la compañía californiana mostró la primera tablet de Apple: el iPad.
Seis años más tarde, en un recinto mucho más pequeño y tras 308.15 millones de unidades vendidas, Phil Schiller definió el iPad (en su versión Pro) como “el reemplazo perfecto de un PC”; una definición constante e invariable en los diferentes canales comunicativos y promocionales de la compañía.
Presentación del iPad Pro de 9,7 pulgadas. Fuente: Apple.
El iPad en 2016 no era el iPad de 2010. El producto no solo ha mejorado y expandido sus posibilidades: ha mutado hacia algo para lo que inicialmente no fue concebido. Las siete tareas clave enumeradas por Jobs no son suficientes para mantener al iPad con vida en un mercado en el que los teléfonos móviles (con mayor potencia y pantallas de creciente tamaño) y los ordenadores portátiles (cada vez más delgados y …