Cuando Steve Jobs anunció el iPod en 2001 justificó el movimiento con muchos detalles en su presentación. Mostró todas las apuestas de la competencia en forma de reproductores de discos ópticos y de disco, señalando que abultaban o pesaban demasiado y que su experiencia de uso era pésima. El iPod llegó para ser una alternativa compacta, sencilla y capaz de guardar "1.000 canciones en nuestro bolsillo".
Puede parecer ridículo ahora, pero hace 20 años era una barbaridad. Y ahora que el iPod se va, Apple puede demostrar que sus intenciones iniciales siguen más vivas que nunca: seguimos buscando modos de reproducir la máxima cantidad de canciones posibles de la forma más sencilla posible y en dispositivos lo más compactos posible.
De elegir a que se elija solo, del reproductor al reloj conectado
2001: 1.000 canciones en tu bolsillo.2022: 90.000.000 de canciones en tu muñeca. pic.twitter.com/2KVyPoUT9K— Javier Lacort (@jlacort) May 11, 2022Primero está la faceta de conseguir la música que queremos escuchar. El iPod apareció dos años antes que la iTunes Store, y por lo tanto almacenar canciones en él dependía enteramente de que hiciéramos el gesto de digitalizar nuestros CD de música e importar las canciones en formato MP3 o AAC. De ahí lo sincronizábamos al iPod, y listo (hasta Steve Jobs lo hizo con los primeros iPod para la prensa). Era eso o descargar los MP3 de forma no oficial, y de ahí a que en el envoltorio del iPod siempre figurara el mensaje: "no robes música".
Así que …