The Dark Knight fue una revelación. De entrada, nadie daba un peso por ver a Heath Ledger, un actor de dramas segundones y comedias románticas, representando al máximo villano de la historia de los cómics. La elección de este actor guapo, carismático, de sonrisa dulce y rizos definidos parecía un tropiezo para los fans más exigentes.
Y, sin embargo, el Joker de Heath Ledger acabó siendo un pilar fundamental para la historia de Nolan y, tal vez, el mejor joker en pantalla de la historia. No son enchiladas, con esto quiero decir que superó la interpretación histriónica de Jack Nicholson, la locura divertida de César Romero y la retorcida versión de Mark Hamill.
Pero, fuera de los lugares comunes sobre la maravillosa interpretación de Ledger, hay algo en este Joker que va muchísimo más allá de lo que lograron las anteriores encarnaciones. Porque, en esta cinta, los roles se retuercen tanto, el caos se manifiesta a tal grado que el héroe no acaba siendo Batman sino el demente payaso que pone en jaque a Ciudad Gótica.
Así, siguiendo una maravillosa lectura del gran Aaron Swartz, los pasearemos por la teoría de un Joker que rebasó todos los parámetros del personaje, para convertirse en el héroe que Ciudad Gótica necesitaba… y que, finalmente, todos merecíamos.
El hombre racional
[caption id="attachment_178153" align="alignnone" width="640"] Aaron Swartz (Imagen: Noah Berger/Reuters)[/caption]
En un ensayo publicado en 2012, Aaron Swartz trata de explicar al personaje de The Joker en The Dark Knight a través de la Teoría de Juegos. La Teoría de …