Phil Warren Anderson es considerado uno de físicos más importantes después de la Segunda Guerra Mundial. Anderson era el depositario de la cátedra Joseph Henry, en la Universidad de Princeton.
Su carrera tiene un sinnúmero de premios, en donde destaca, desde luego, el Premio Nobel, en 1977, por sus contribuciones en las teorías de localización, antiferromagnetismo, análisis de la asimetría (que dio origen a parte del desarrollo del Modelo Estándar unos 10 años después), superconductividad a altas temperaturas, y a la filosofía de la ciencia a través de sus escritos sobre los fenómenos emergentes.
Una vida dedicada a la ciencia
Anderson nació el 13 de diciembre de 1923, en Indianapolis, Indiana, y creció en Urbana, Illinois, donde su padre era miembro de la Facultad e la Universidad de Illinois. Estudió en la Universidad de Harvard y por muy poco tiempo, construyó antenas en el Laboratorio de Investigación de la Marina de los Estados Unidos.
Se doctoró en Harvard en 1949 bajo la guía de John Hasbrouck van Vleck. Después de su graduación, se fue a Murray Hill, Nueva Jersey, a trabajar en los Laboratorios Bell, donde hizo contribuciones para el entendimiento de ferromagnetismo y antiferromagnetismo, lo que le llevó entender la simetría rota espontáneamente en la física.
Durante ese periodo, Anderson hizo investigación en la estructura electrónica del magnetismo y de los sistemas desordenados, donde fue influenciado en el desarrollo de el switcheo electrónico y en los dispositivos de memoria para las computadoras.
Este trabajo le daría en 1977 el Premio Nobel de …