La historia de "para que se lo lleve otro, mejor nos lo quedamos nosotros".
La historia de nunca acabar y que se repite por cualquier rincón del mundo: ahorrarse aunque sean unas monedas, incluso si son sólo un par de euros, con tal de no pagar las odiosas comisiones.
Si esa comisión además es por algo que somos capaces de hacer nosotros mismos, o de algo que realmente no vemos —como son los famosos gastos de gestión—, la cosa se hace aún más grande. Y no estamos hablando del fisco o grandes corporaciones cotizando en bolsa; este tema afecta directamente a BlaBlaCar, una pequeña pero gran empresa que vive, precisamente, de esas comisiones.
El principio del "problema"
Se podría decir que fue el principio del fin, pero no ha sido tal cosa. Porque, de hecho, BlaBlaCar gana adeptos día a día. Como marca la norma para las empresas del sector, todos los datos sensibles se mantienen en la más estricta confidencialidad al menos en su versión desglosada por países o regiones. De todo esto podemos saber que BlaBlaCar cuenta con algo más de 3 millones de usuarios en España y la cifra no para de crecer, —aunque no sepamos exactamente cuánto—. Y algo parecido ocurre con los ingresos, globales eso sí, de la compañía: viento en popa a toda vela.El objetivo de BlaBlaCar en sus primeros meses en España era ganar adeptos a un modelo de negocio desconocido en el país
Desde su llegada a España en 2010 hasta 2015, BlaBlaCar había estado …