Wall Street suele tomar ciertos parámetros de una empresa para juzgar rápidamente su marcha. En el caso de Apple, hubo un tiempo que fue el iPod. Y después lo ha sido el iPhone, salvo por unos breves instantes en que el iPad parecía tomar el relevo. Para los inversores, el iPhone se ha convertido en una obsesión.
Es un termómetro que indica de un vistazo cómo rinde Apple. Hasta el punto de que esa obsesión se ha convertido en el talón de Aquiles de Apple: la compañía era demasiado dependiente del iPhone. Y, en cierto modo, era verdad. Hasta ahora, cuando la historia ha empezado a cambiar sin que casi nadie se dé cuenta.
"The iPhone company" es cada vez menos iPhone
Con la presentación de resultados de esta semana, podemos construir un episodio más del negocio de Apple. Esta gráfica representa dos variables: los ingresos generados por el iPhone y el resto del negocio durante los últimos tres años. En el resto del negocio "No iPhone" se incluyen el Mac, iPad, Wearables y hogar y Servicios. Como vemos, su evolución ha sido de lo más interesante en los últimos años.
Ambas variables se calculan sobre el total de ingresos, por lo que entre ambas se suma el 100%. Esto hace que cuando una sube, la otra baja en perfecta sincronía. Como vemos, en el Q1 de 2018 partimos de un 70% para el iPhone y un 30% para el resto del …