En un país de América Latina, salir a tomar un café puede costar más que en Nueva York, y un almuerzo en el centro tiene precios dignos de Europa. Mientras los turistas se sorprenden con los valores, los ciudadanos buscan desesperadamente comprar en el extranjero, llenar sus carritos online o incluso cruzar fronteras para conseguir productos básicos a precios más accesibles. ¿Cómo llegó este país a convertirse en el más caro de la región?