Hay momentos en la historia de la tecnología en los que decisiones inesperadas marcan tendencia, aunque en un principio parezca lo opuesto a la innovación. Y ningún otro dispositivo de Apple representa mejor esa paradoja que el icónico iPhone SE. Desde su debut en 2016 hasta su prematuro final en 2025, este "pequeño gigante" puso patas arriba las reglas del diseño de Jony Ive y se convirtió en un fenómeno incomprendido. Ahora que el flamante iPhone 16e toma su lugar como la "opción asequible" de Apple, es momento de rendir homenaje al teléfono que desafiaba las normas y conquistó corazones (y bolsillos).
El iPhone SE: el guerrero que lideró una rebelión contra los gigantes
Corría 2016. Los iPhone habían iniciado su escalada hacia pantallas cada vez más grandes. Bajo la visión artística de Jony Ive llegaron diseños minimalistas que dieron forma al iPhone 6 y 6s: delgados, curvilíneos... En ese contexto, el lanzamiento del iPhone SE era prácticamente un acto de rebeldía.
Un diseño idéntico al del iPhone 5s, con su pantalla compacta de 4 pulgadas y bordes rectos, pero relleno con todo lo que tenía el iPhone 6s. Era un anacronismo tecnológico en toda regla. Sin embargo, este teléfono tocó un nervio especial. Su tamaño lo hacía cómodo, manejable y, sobre todo, diferente. Mientras otros smartphones competían por ser lo más grandes y vistosos posible, el iPhone SE navegaba a contracorriente. Y lo mejor: funcionó. El iPhone SE fue un éxito rotundo, algo …