*Por Sebastián Ojeda, CEO de Beetrack
A un año del Covid-19 y del inicio de las cuarentenas a nivel global, los hábitos de las personas, y las prácticas de los retailers para responder a sus necesidades emergentes, no dejan de transformarse. En un escenario donde el comercio electrónico se consolidó como el pilar clave para el funcionamiento de las cadenas de consumo, las soluciones para facilitar el acceso a bienes y servicios se van diversificando.
Una de las tendencias que adquiere fuerza es el PickUp, como respuesta a las exigencias de un consumidor más empoderado, que opta por ir en persona a retirar los productos a un dark store o almacén para cerciorarse de cada detalle de la compra, que busca ahorrarse los costos de envío o que sencillamente valora la oportunidad de salir de casa.
En el caso de los retailers, el panorama es “agotador”, puesto que si bien el nivel operativo ha ido en aumento en bodegas y almacenes debido al intenso 2020, aún falta mucho para agilizar los procesos logísticos, ya que se adolece de la inmediatez de contar con un stock al día y de bases de datos actualizadas respecto a guías de despachos, lo que puede entorpecer y hacer más lento el proceso, a la hora de tener listo el pedido en el punto de entrega.
Si bien la última milla se ha ido perfeccionando en los últimos años en nuestra región con el nacimiento y fortalecimiento de aplicaciones tecnológicas de delivery a la casa, y de las …