La verdad es que, si se piensa, la que hay que montar para poder agitar el azúcar de un café con una cuchara de plástico es toda una odisea a lo largo del tiempo y el espacio. Un viaje ridículo, como explica este vídeo de Half-Asleep Chris gráficamente y con una narración muy agradable y detallada, paso a paso. Me pareció ideal para enseñar en clase o proponer como ejercicio de concienciación a los más pequeños.
Si se mira desde fuera, el asunto comienza hace millones de años con los seres vivos de la Tierra primigenia que en forma de animales y plantas pasaron a mejor vida y cuyos restos, comprimidos por todo el planeta, se convirtieron en petróleo crudo. Desde hace siglos extraemos ese petróleo de las profundidades de la tierra y el mar para refinarlo y fabricar pequeñas bolitas de plástico (nurdles) con las que luego se fabrican a medida las cucharas y otros utensilios de usar y tirar – que para colmo suelen ir a su vez envueltos en más plástico.
Naturalmente las cucharas no se fabrican directamente en la cafetería: primero hay que enviar el plástico al país en donde están las fábricas, quizá en la remota Asia, y luego transportarlas en barco hasta su destino, donde volverán a viajar a un centro de almacenaje y de ahí a los proveedores y locales concretos en que se ofrecerán al público. ¿Imaginas la cantidad de kilómetros que recorren y lo que supone eso en gasto de combustible …