Tiago es un robot de un solo brazo que, a diferencia de otros humanoides, es capaz de reconocer su propio cuerpo frente a un espejo, una habilidad que es esencial para garantizar la interacción segura entre humanos y robots. Así lo ha señalado a Efe su creador, el doctor en ingeniería artificial Pablo Lanillos, quien ha afirmado que la capacidad de poder reconocerse en un espejo es fundamental para el avance de la robótica.
Este robot ha sido desarrollado en el marco de Selfception, un proyecto financiado por la Unión Europea que tiene como objetivo conseguir que los humanoides sepan «distinguir su cuerpo frente al resto de elementos de su entorno», algo que, según Lanillos, es clave para garantizar una «interacción segura entre humanos y robots».
Tiago no es el primero en lograr esta hazaña pero es el que posee el algoritmo «más complejo», ha asegurado este ingeniero, quien desde hace tres años forma parte del equipo de investigadores del Instituto de Sistemas Cognitivos de la Universidad Tecnológica de Múnich (Alemania).
Uno de los primeros robots que se reconoció en el espejo fue Nico, desarrollado en 2011 en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos, pero en él sólo se usó la variable del movimiento, es decir, el robot se reconocía en el espejo porque se movía y detectaba ese movimiento a través de sensores.
Sin embargo, el algoritmo de Tiago no solo tiene en cuenta el movimiento, sino que utiliza un modelo de codificación predictiva, es decir, …